Programa: 119 Fecha: 10-06-22 Fernando Yacamán escritor y docente, nos habla sobre escritura – literatura LGBT y en el roperatzo Ernesto Reséndiz nos dará algunas recomendaciones de libros LGBT que podemos encontrar en la librería Somos Voces.
Transmisión 28/12/2018: Humberto Ak´abal es un poeta maya K´iche´ que se formó a partir del canto y el cuento, con la enseñanza de sus abuelos y padres en Momostenango Guatemala. Para finalizar el año hicimos un programa sobre su vida y obra, enriquecido con su poesía y la música de Marimba xojanel keletzu´.
Dramatización de los libros "¿Mi abuela tiene Alz... qué?", escrito por Verónica Van den Abeele y "Me llamo Yoon" de Helen Recorvts, de la Colección Libros del Rincón.
Dramatización del libro "Cómo funciona la ciencia" de Robin Kerrod y el Dr. Sharon Ann Holgate de la Colección Libros del Rincón.
Aquí tenemos el disgusto por la música de la juventud capitalina de los años sesenta. Un niño venido de provincia, no obstante su escasa cultura, alcanza a reflexionar la manera sosa de ese arte en sus melodías, sus letras forzadas y las inflexiones características de lo que supo después que se trataba de una mala copia del rocanrol estadounidense.
1. “Amor de un día” 2. “Me soldaron mi bocinita” 3. “Un tractorcito” 4. “Un transportito gringo” 5. “Mi llanta” 6. “Huella de pitaya” 7. “Jugando con las nubes” 8. “Un remolino” y “dos radios”. Estos relatos son la segunda parte del capítulo “Juegos y juguetes”. Como ustedes se dieron cuenta, en el capítulo anterior hubo cierta tristura; en el presente están los escasos juguetes con que se contó y ya se advierte nuestra inclinación hacia el radio
Es la continuación del relato anterior, el mismo escenario con algunas consecuencias posteriores. Cabe destacar que pese a todo, también hubo algunas alegrías como suele suceder en el pueblo mexicano. Aquí también se advierte cómo la ayuda del gobierno siempre es a medias y por no dejar.
Con receta y toda la cosa. Huelen y saben bien, un manjar sencillo, muy de Sinaloa; los pobres lo disfrutan más que los ricos. En Nochebuena son más buenos todavía. El Niño Dios no se los comió por falta de tiempo. ¡Cálenle!