Su guía francesa le habló del nuevo sentir de las jóvenes de su país, quienes se manifestaban así en contra de la solemnidad feminista de una izquierda dogmática (con la figura de Simone de Beauvoir) y una derecha anquilosada en las tradiciones, las cuales permearon el periodo de crisis de la posguerra. Emuló entonces las sensaciones que la música del momento le producía, para ordenar de una forma única y representativa los elementos visuales de la cultura contemporánea.