Olga Tamayo
En la cuenta de los días, fue en 1964, con motivo de su trigésimo aniversario de bodas que Rufino Tamayo pintó Retrato de Olga, donde ella, esposa del artista, aparece sentada al lado de una sandía con el rostro pensativo y las manos cruzadas sobre el regazo.
Para la ya fallecida crítica de arte, Raquel Tibol, hay en esta obra un sentido de homenaje del pintor a su compañera de vida, así como un reconocimiento por haberle permitido a él dedicarse de lleno al arte, mientras ella atendía a clientes y dueños de galerías.