Hiciera lo que hiciera, su lenguaje siempre se trataba de música, ya fuera la del hablado o en la construcción de textos, hecha con soltura y a menudo comparable con una especie de improvisación musical. Él (como los demás beats) había dado comienzo a un periodo de libre experimentación en la literatura, la música, la moda y el vocabulario, que muy pronto se convertirían en los años sesenta. Él encabezaría, junto a otros escritores, el movimiento beat y el advenimiento de la contracultura a mitad del siglo XX.