Se ha empezado apenas a conocer la historia del papel que desempeñó la esposa de Salvador Gaytán, miembro del Grupo Popular Guerrillero que asaltó el cuartel de Ciudad Madera, Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965. Su nombre: María Monserrat Nayares Valdés. Torturada y vejada por la tropa, perseguida por todas las policías, interrogada, amenazada y sufriendo todo tipo de abusos, jamás reveló dónde se encontraban su esposo y compañeros. Pasando ella y sus hijos hambre y mil penurias, dormía sobre colchones retacados de billetes producto de las expropiaciones, sin tocar jamás un solo centavo pues era el dinero de la causa; tuvo que cambiar de domicilio docenas de veces por la persecusión de que eran objeto su esposo, ella y toda la familia. Su carácter se hizo duro, tuvo que templar el acero de que estaba hecha, y la familia durante mucho tiempo no aceptó ni comprendió esa dureza. Ahora su hija Luz Gaytán Nayares y su nieta del mismo nombre que ella, Monserrat, han publicado el libro “La Hija del Guerrillero” donde reivindican su figura como la gran mujer que siempre fue. Levantan desde este modesto espacio la voz para exigir un perdón público por la violación de sus derechos y la vida azarosa a la que fue orillada.
Hemos escuchado hoy la voz de Monserrat Perales Gaytán, hablando en nombre de su madre Luz y en el de ella misma, para reivindicar el valor y firmeza de Monserrat Nayares Valdés, su abuela, quien vivó una vida muy difícil pero siempre guardando fidelidad a las demandas de justicia del Grupo Popular Guerrillero de Chihuahua. Mujeres y hombres valientes que con su sacrificio iniciaron una nueva era para todos los mexicanos, como les fue reconocido hace unos días en el complejo cultural Los Pinos, durante la entrega del premio nacional Carlos Montemayor en el contexto del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.
Raíz y razón... con reportajes e investigación de Gabriela Aguilar-Gutiérrez. Una serie producida por Ricardo Montejano del Valle.