El rock and roll nació con esta mitología sexual. Y el primer Little Richard --un ser inimaginable y al mismo tiempo omnipresente en las peores pesadillas de los racistas blancos-- fue el arquitecto y profeta más bizarro en su diseño. Sus cuatro argumentos fundamentales fueron: “Tutti Frutti”, “Long Tall Sally”, “Lucille” y “Good Golly Miss Molly”. Leyes sicalípticas talladas en piedra para la eternidad.