Surge entonces la necesidad de idear actividades atractivas, tales como hacer narraciones de cuentos en voz alta, conversaciones sobre libros, lecturas poéticas, guías bibliográficas, exposiciones temáticas y representaciones teatrales de libros, lecturas en voz alta de novelas y juegos para captar la atención de los futuros lectores, entre otras. A partir de experiencias de este tipo es que se desarrolla en el mundo el interés por lo que hoy conocemos como animación a la lectura.