Las ciudades en el Oeste de Holanda prácticamente desconocía la presencia de árboles y hasta de los durmientes de ferrocarril. La población tenía mucha hambre y mucho frío.
Al final de la Segunda Guerra la región donde se ubicaba la casa de mis padres fue casi sacrificada: escaseó no solamente la comida sino también la leña, la madera…
Las ciudades en el Oeste de Holanda prácticamente desconocía la presencia de árboles y hasta de los durmientes de ferrocarril. La población tenía mucha hambre y mucho frío.