Más allá de las formas melodiosas hay siempre un estilo noisy implacable y envolvente que no busca complacer a quien los oye, sino hacerlo pensar con las vísceras y la razón. No se trata, pues, de un grupo de consumo fácil, sino de una propuesta inteligente y delicada que hay que saborear desde el primero hasta el más reciente de los álbumes que forman parte de su cuidado catálogo. Sí, definitivamente, escuchar a The Raveonettes es un auténtico placer estético.