Se convirtió en un artista integral. Uno tocado por el espíritu del dadá, que cantaba como si Howlin\' Wolf se hubiera ido de las riberas del Delta del Mississippi a conocer la psicodelia californiana. Porque Beefheart cantó así, bajo esa alquimia y aún se le considera uno de los grandes blueseros blancos. Su visión total y libre, que no admitía concesiones, es lo que actualmente mantiene su aura intocable.