Ellos son la muestra de que debe existir un rock así, diferente en estos momentos, ese que no busca únicamente el rédito económico ni responde a los parámetros convencionales del éxito, sino que nace de la necesidad de reconocerse en el origen, ahí está el latido de la auténtica actitud; la del Homo sapiens rocanrolero que busca anticipar el futuro en nombre de la supervivencia y rebusca en el pasado en honor de su identidad. Sería una falta grande perderse este espectáculo: un universo cultural vivo desarrollándose genuinamente frente a nuestros ojos y oídos.