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232. Elisa Loncón, cabeza del nuevo constituyente en Chile

En 11 de septiembre de 1973, con el golpe de estado que llevó al dictador Pinochet al poder, el sueño de los chilenos de construir una vida mejor fue ahogado en sangre. Desde el edificio de la ITT, la International Telephone and Telegraph Company, con sede en la ciudad de Nueva York, salían las directivas para reprimir y controlar la irrupción de un proceso democrático que afectaba las ganancias de las transnacionales. 

El saldo de la dictadura: 35 mil torturados, mil detenidos-desaparecidos, 3 mil asesinados y 200 mil exiliados del país para sobrevivir. Desde el inicio de esa larga noche de opresión sobre Chile han pasado 50 años. Ahora en 2021 amanece de nueva cuenta para Chile. Después de casi dos años de intensas movilizaciones surgidas al inicio como demanda de los estudiantes contra el alza en el transporte público, que evolucionaron incorporando movimientos sociales como el de los pueblos originarios, las feministas, la comunidad LGBTTI, los obreros, los movimientos barriales y en defensa del territorio, mas las luchas por el derecho a un ambiente sano, y pese a la represión del gobierno derechista de Sebastián Piñera, el pueblo de Chile ha logrado arrancar a los poderosos la realización de un nuevo Congreso Constituyente para sustituir las leyes de opresión pinochetistas y establecer un nuevo pacto social, ahora como nación multicultural e incluyente. El día 18 de octubre de 2019 estallan las protestas estudiantiles contra el alza en las tarifas del transporte público y son las concentraciones populares las que ponen de manifiesto que Santiago es la ciudad más cara para vivir de toda América Latina, así como el elevadísimo precio de los fármacos y tratamientos de salud, las bajas pensiones y el rechazo generalizado a la clase política. El saldo de las movilizaciones contabilizado por Amnistía Internacional sobre el primer año de protestas fue: 12,547 heridos por carabineros, 1980 por arma de fuego y 347 con lesiones oculares (es decir, que perdieron un ojo), 8,812 detenidos. El presidente Sebastián Piñera se vio forzado a autorizar la realización del congreso constituyente. Este proceso merece nuestra mayor atención. Los partidos políticos han sido rebasados y han sido elegidas y elegidos representantes que tienen el mandato de redactar una nueva constitución para su país en el periodo de un año. El domingo 4 de julio de 2021, día en que estaban llamados a elegir la presidencia y vicepresidencia para organizar los trabajos del nuevo constituyente, las organizaciones convocaron a múltiples marchas y concentraciones pacíficas para apoyar a sus representantes, darles fuerza, y celebrar. Fueron reprimidos: los carabineros lanzaron una carga de infantería acompañada de tanquetas lanza agua y gases. Los contingentes atacados resistieron e hicieron incluso retroceder a los policías. Los constituyentes detuvieron sus trabajos exigiendo el retiro de las fuerzas policiales y la liberación de los detenidos, lo cual se logró después de dos horas. Entretanto, un grupo de indígenas mapuches se dirigieron al cerro Huelén, en el centro de Santiago de Chile, donde los españoles fundaron su capital, para plantar un canelo, árbol sagrado. Dieron inicio las elecciones. De los 155 constituyentes, la gran mayoría son pueblo. 17 corresponden a los mapuches y otros pueblos originarios. En un país con una discriminación ancestral esto es un hecho por demás insólito. Por fin ese mismo domingo 4 de julio de 2021, fecha histórica, los 155 elegidos fueron uno a uno emitiendo su voto. Una asamblea constituyente plena de cantos y consignas. Finalmente, los constituyentes decidieron con una amplia mayoría (96 votos de 155) que fuera el rostro de una mujer indígena mapuche quien liderara el proceso de escribir esta nueva constitución. Y muy a la altura, Elisa Loncón Antileo, mapuche, académica, lingüista y activista, pronuncia este histórico discurso, ataviada con la indumentaria tradicional de su pueblo, ocupando el lugar de honor que merecen los pueblos originarios, en un país profundamente negacionista, racista y misógino. Cuando escuchamos las palabras en lengua mapuche “Marichiwew”, quieren decir ¡Diez Veces Venceremos! Al terminar la sesión de instalación, Elisa Loncón Antileo pidió a los constitucionalistas rendir un homenaje a los caídos del pueblo chileno en sus luchas por la libertad. Hemos escuchado una primera parte de la reseña del inédito proceso político que se vive, hoy por hoy, por el pueblo hermano de Chile. Nos han acompañado grupos de música tradicional mapuche e Inti Illimani.

Raíz y Razón de Elisa Loncón, el rostro de la revuelta chilena y el nuevo constituyente, primera parte.

Reportaje e investigación: Gabriela Aguilar-Gutiérrez. Una serie producida por Ricardo Montejano del Valle.