Los strippers son parte del comercio sexual, sus consumidores: mujeres y hombres entre los 18 y 60 años. Como contraste quienes empiezan en este “negocio” tienen entre 16 y 22 años de edad; con el autodescubrimiento sexual, afirman especialistas, descubren que su cuerpo tiene un “valor monetario”. En opinión de Óscar Emilio Laguna Maqueda, Doctor en Ciencias Sociales y especialista en masculinidades, homofobia y diversidad sexual, el oficio de los strippers los obliga a reconstruir su masculinidad a partir del contacto con otros varones, de ahí su interés en el estudio de estas identidades masculinas.