Desapariciones Forzadas
Fue en la Alemania Nazi donde por primera vez en el siglo XX se empleó la desaparición forzada como una estrategia para ejercer terror sobre la población. A finales de 1941, Hitler firmaba el “Decreto Noche y Niebla” que legalizó la práctica de desaparecer a los acusados sin dejar rastro, con el fin de crear una “intimidación afectiva de largo alcance” que eliminara cualquier forma de resistencia social.
La desaparición forzada es una práctica presente en gran parte de nuestro país, pese a lo cual existe poca claridad en las cifras y una falta de reconocimiento estatal de la calidad de víctimas de las y los desparecidos.
