El canal de los faraones fue una vía de transporte que los egipcios utilizaron para unir ambos mares. Desde la Antigüedad tuvieron dos líneas marítimas: una hacia Biblos y otra al país de Punt, y ambas podían unirse: los barcos llegados del Mediterráneo subían por el brazo de Tanis del Nilo hasta la ciudad de Bubastis y se desviaban hacia el oeste por el río Tumilat, que era navegable por naves de poco calado en épocas de grandes crecidas, hasta la ciudad de Pi-Atum. Desde allí, un canal permitía alcanzar los Lagos Amargos desde donde la vía seguía dirección sur hasta alcanzar el golfo de Suez.
La ingeniería hidráulica
El día de hoy, el Mediterráneo está unido con el Mar Rojo por el Canal de Suez, logro magnífico del ingeniero Fernando de Lesseps; sin embargo, en la Antigüedad era posible navegar del Mediterráneo al Mar Rojo usando una parte navegable del Nilo y un canal artificial en verdad asombroso.