Nuestra sociedad rechaza la calvicie. ¿Será porque tendemos a asociar una cabellera abundante con la salud física y el éxito social? En particular, en el caso de las mujeres, la cabellera tiene una carga de sensualidad. En la obra De la erótica inclinación a enredarse en cabellos, Margo Glantz señala: “¿Cuál es la bestia más bella (exceptuando a la ballena)? Evidentemente el gorila (…) ¿Puede concebirse algo más sensual que un enorme monstruo enteramente cubierto de pelo?” Y líneas adelante apunta: “Este frenesí por asistir al arreglo de una mujer cuya belleza se centra en los cabellos largos cayendo en la cintura, constituye una erótica que circunda el mundo como el pelo a la cabeza. La joven soltera es reina y su esplendor se desnuda cuando se abre a la vista y se peina al viento”.