“La vida se convierte en nuestro terapeuta”, escribe John Ruskan en el libro Autoterapia emocional. Para el autor, los seres humanos nos la pasamos huyendo de la cólera, de la sensación de soledad, de nuestras fobias y odios. Para liberarnos de todas aquellas emociones que nos atan, Ruskan propone abordarlas desde un estado meditativo, de quietud mental, que nos permita ubicar la parte del cuerpo donde se aloja la emoción. ¿Es un nudo en la garganta, es la opresión en el pecho o esa sensación de vacío en el estómago? El siguiente paso es permitir que el sentimiento negativo se manifieste, para luego liberarnos de él.