Hasta que llegó su momento de emerger, de soltar el freno a lo oculto, de exponer a sus criaturas más desarrolladas. La luz pública se escandalizó y horrorizó con ellas cuando aparecieron. Los demonios del ocaso, con sus historias de perversiones autodestructivas, sexuales, mundanas, nebulosas, espesas, de cruda existencial y adictiva, irrumpieron en la superficie con su espejo negro, aterciopelado, con narraciones fascinantes y cantos helados, con música estridente y demoledora. Perfecta para escuchar las pesadillas de la realidad.
102. The Velvet Underground and Nico. Yang inicial.
El rock con sus fuertes raíces acendradas en lo popular, en la extravagancia marginal como parte de su esencia, se nutrió de las imágenes subterráneas.