Las figuras que van delante de nosotros son cuerpos que pertenecen al mundo, a la idealización fomentada por los sentidos. Su aparición en cualquier straat, crucero, bulevar, camino, puente, jardín, parque…es una recompensa que cuenta con la facultad de proyectarla más allá del instante artificioso (en dicho aparato se solaza y se sueña). Son festines que hacen la felicidad de un sencillo ciclista urbano todos los días.
171. Rodar, vivir y mirar (¿o no, Julio Torri?).
¡Querido Julio Torri, qué grato ser público de imágenes que se mueven al ritmo delicioso del pedaleo! Abren con la fuerza de su tracción un concepto de adoración anatómica que mantiene latentes los guiños, las miradas directas sobre el abecedario de la piel y el íntimo aspecto del sueño libertino.