En 1969 corrían tiempos mágicos para el género. En gran parte esto podía atribuirse al descubrimiento del lenguaje bluesero por parte del público joven blanco. Los patriarcas del blues de Chicago, como Muddy Waters, requerían entonces merecido renombre como faros señeros, mientras que una generación de discípulos más jóvenes como Mike Bloomfield y Paul Butterfield forjaban carreras solidas por derecho propio.
203. Muddy Waters: Fathers and sons.
Durante la época de la grabación del álbum Fathers and Sons, la compañía Chess Records luchaba para que los temas de Muddy Waters retornaran a las listas de rhythm and blues pero, al mismo tiempo, etiquetaba sus álbumes como música folk (que cobraba fuerza por entonces), antes de seguir el camino del rock underground y presentarlo como "padrino” de éste.