Todo es tan magnífico como temible: lagunas glaciares, cataratas imposibles y ensordecedoras, baños de aguas termales surgidas del fondo de la tierra, volcanes y cráteres (grandes y chicos), cascadas gigantescas a las que cualquier adjetivo les queda pequeño, géiseres imprevisibles, acechantes manchas glaciares, montañas misteriosas, grietas y cuevas naturales, playas de oscura lava volcánica, campos geotermales, llanuras inmensas, acantilados tenebrosos, ricos parques nacionales, fiordos pictóricos y un largo etcétera geográfico de nombres impronunciables.