Asimismo, cuando se escucha a Wilco no importa a qué género pertenezca cada canción o con qué instrumentos haya sido creada, porque se sabe que estos músicos han sido guiados por un hombre que no ha dejado de sentir dolor desde que tiene memoria. Ese estigma ha obligado al autor y líder a enfrentarse con las preguntas obligadas sobre la vida. Y las respuestas siempre resultan tan sinceras o cínicas como profundas, arropadas con una música tersa y de exquisito desarrollo.