Capítulo 3 / No es lo mismo tener ganas que hacer la revolución.
En marzo de 1913, Felipe Carrillo Puerto, cuya vida corría peligro en Yucatán, se ocultó unos meses y se dirigió al estado de Morelos, para apoyar la revolución campesina que encabezaba Emiliano Zapata. Los meses que vivió en Morelos lo convencieron de que era posible una transformación radical de la sociedad, en la que los campesinos y los indígenas fueran los protagonistas principales. Decidió que lo que estaba haciendo Zapata en Morelos, tenía que hacerse también en Yucatán y en toda la República.
Regresó a Yucatán en julio de 1915, atraído por las reformas sociales que impulsaba el general constitucionalista Salvador Alvarado, uno de los líderes más sólidos políticamente y más radicales de esa corriente revolucionaria. Sin embargo, en esos meses se libraba la
guerra civil entre el villismo y el zapatismo contra el constitucionalismo, por lo que al llegar a su tierra fue apresado, acusado de ser zapatista.