Resilientes, inclusivas e igualitarias, necesitamos sociedades que desarrollen estas características durante y después de la contingencia por Covid-19. A esas cualidades debemos agregar una más: la longanimidad. Esta palabra se refiere a la perseverancia y constancia de ánimo que tienen las personas en las adversidades. También habla de la posibilidad de ser generosos y tener la voluntad de compartir y cuidar de los otros.
“No hay generaciones, hay actitudes” decía Carlos Monsiváis y de esto habla Miguel, cuyos padres nacieron en la década de los 20, se enamoraron en los 40 y lograron una vida estable en los 60. Cumplieron las reglas del matrimonio que les impuso su época, pero rompieron con todo aquello que les dolió en su niñez: el desamor entre sus padres y los golpes en sus cuerpos. La historia de Miguel, y de sus hermanas, se ha prolongado en la de sus hijas, son dos mujeres libres, autónomas y alegres.
Alfonso Munive sugiere que esta contingencia que tanto ha sacudido a la humanidad, puede ser una etapa donde los hombres favorezcan una educación emocional que no “castre la expresión emocional” de sus hijos varones. Él también sugiere que la resignificación de las prácticas de cuidado de los hombres puede comenzar con las reflexiones: ¿Qué tipo de relaciones quiero tener? Conmigo mismo, con mi pareja, con mis hijos. ¿Qué tipo de padre quiero ser?
Las violencias, cual bomba de tiempo, han detonado con mayor rapidez en esta contingencia. Pero también es esperanzador saber que hay hombres en movimiento… trabajando-se.
La paternidad es mucho más que lavar platos o hacer labores del hogar, y no, no me malentiendan, estas actividades son propias de adultos funcionales que saben del cuidado de sí y de las personas con las que conviven, incluso, si viven solos.
Larry Madrigal, Darío Ibarra, Ricardo Ayllón y Leonardo García son hombres trabajando-se con otros hombres. Ellos opinan que aún no existe un movimiento de hombres, pero sí hombres en movimiento. Una de las preguntas que han surgido para ellos durante este tiempo de cuarentena es ¿cómo politizar los cambios positivos en las identidades masculinas?, para llevarlas más allá de la experiencia personal y grupal.