715. 1974 (Obras que cumplen cincuenta)

El álbum Out of Our Heads de 1965 (con siete tracks propios y cinco versionados) irradia una importancia trascendental, ya que contiene un par de los temas más destacados en el acontecer del grupo.
Nueva Orleans se convirtió en un crisol multicultural y así surgió el hot jazz. El barrio de Storyville de aquella ciudad portuaria sirvió para apagar la sed de músicos como Buddy Bolden, Louis Armstrong, Jelly Roll Morton, Joe “King” Oliver, Kid Ory.
En 1944, Muddy Waters fue uno de los primeros músicos de Chicago en pasar del instrumento acústico a la guitarra eléctrica. Seguía tocando blues tradicional del Delta del Mississippi (de hecho, nunca dejó de hacerlo), pero consiguió un sonido más crudo, compacto, potente, duro y señero. Su nombre se convirtió entonces en sinónimo de evolución y en gran ejemplo musical para los músicos negros y blancos.
El anti-folk es un subgénero indie, alternativo y culto, inscrito en el hipermodernismo de una época que se distingue por la convivencia de todas las épocas.
El sesgo de la corrección política (a la que previó Gustave Flaubert) actualmente se ha acentuado en lo que se refiere a la cultura. Ahí se da vuelo el kitsch de tal conducta, inspirada en su apabullante y huera algoritmia computarizada; en la estética de la última película o serie de género o racial y sus sagas promocionales y panfletarias (que utilizan los términos: inclusión-exclusión, cuotas genéricas, empoderamiento, apropiación y cancelación cultural, supresión o el perfil apropiado, por ejemplo, para que cuadren con los likes tribales necesarios).
El rock al que nada de lo humano le es ajeno, ha tomado a Gustave Flaubert como un rockero honorífico, que le ha aportado al género concepto y disciplina; la palabra y su aplicación correcta, para cumplir con una de sus funciones: trasmitir las sensaciones, emociones y sentimientos, y las formas de vivir y sus crisis, producto de la época, tal como lo hicieron en su momento los griots y los bardos, tan necesarios siempre.
Huir de una familia rota, del fracaso familiar, para conocer el mundo: Nueva York, París... los centros de la cultura contemporánea. De esta manera Madeleine Peyroux aprendió que lo peor que le puede pasar a uno cuando emigra es conocerse a sí mismo. Ella lo hizo. Descubrió su lugar en la vida dentro de la música.
Los álbumes que Mick Jagger traía bajo el brazo cuando en octubre de 1960 volvió a ver en el andén de Dartford a su compañero de infancia Keith Richards, según cuenta la leyenda eran importaciones de Chess Records, de Chuck Berry, Muddy Waters y Little Walter, nombres que delimitan con exactitud el sitio musical en el que el dúo compuesto por Jagger y Richards inició su trabajo conjunto.
Cabe suponer que el éxito del world beat -en que se mueve Rust-- se basó en el deseo de entregarse a la fuerza de ritmos imperiosos creados por los pueblos extrarradiales de los históricos centros de la cultura. Ritmos que reflejaban los momentos en que el propósito de la música era el de alentar, encantar y hechizar.
El disco Christmas de Michael Bublé se ha convertido en un clásico al que el tiempo ha legitimado. Pertenece por derecho propio a la misma categoría del de Bing Crosby o al de Elvis Presley. La voz de Bublé es fuerte y clara. Canta con solvencia, intención y flexibilidad. Y, por si fuera poco, el sonido es perfecto.
“¿Cómo es posible que alguien pueda pensar que es divertido matar?”, se pregunta el joven sudanés Emmanuel Jal. Él sabe por experiencia que no lo es.
El disco de Neil Young y Crazy Horse, Rust Never Sleeps (de 1979, título inspirado en un tema del grupo Devo) fue un álbum de homenaje a la década de los setenta que finalizaba (el cual incluyó temas en vivo grabados durante la gira del mismo, y a la postre con la película correspondiente).
La poesía de A. R. Ammons, se abrió paso, encontró interlocutores y mirada cómplices, sensibilidades ajenas a las que sedujo y fascinó. De eso se trataba. Para el autor, la medida del oficio de escriba es “el trabajo bien hecho”, que se produce cuando un proyecto concreto cobra vida, a veces de manera no prevista, provocando interconexiones creativas fértiles.
La cantante frisia Nynke Laverman posee un talento especial para el canto. El frisio (una lengua del norte neerlandés) es su idioma materno, pero a los 15 años escuchó el fado portugués por vez primera y éste la atrapó de inmediato por su belleza.
Los tipos malos han estado presentes a lo largo de toda la historia de la música. En el rock, desde sus comienzos, por supuesto. La lista es larga y las características diversas y particulares.
La obra Doo-Bop gana puntos por su sinceridad en tal sentido y por su elocuencia. Considerado como un álbum de hip hop, es impulsor de la fusión de éste con el jazz. Por lo tanto, hay que hablar de él como de un álbum digno del talento de Miles Davis, ya que puede decirse que iluminó el camino hacia futuras colaboraciones entre los maestros del jazz y sus admiradores hiphoperos.
Corría el año de 1973 y, entre el barullo de la escena musical de aquel entonces, se escuchó lo siguiente: “Es la mejor canción de todos los tiempos”. Quien lo dijo, Paul Simon, sabía muy bien de lo que hablaba y el peso que tal afirmación conllevaba.