Si la toma de Torreón fue la clave de la Revolución Constitucionalista y uno de los enfrentamientos más terribles y más enconados, Zacatecas, en la imaginación popular y la memoria social, es la batalla. La División del Norte aniquiló por completo las fuerzas del Ejército federal. La victoria de Zacatecas fue el triunfo de las fuerzas revolucionarias, pero también la victoria de las clases populares sobre un orden político-militar corrupto e inmoral.
Francisco Villa, que había huido de la prisión y se había trasladado a los Estados Unidos, regresó a México el 8 de marzo de 1913, a poco más de dos semanas de la muerte de Madero; con 8 hombres cruzó la frontera y se internó en México para vengar el asesinato del presidente Madero y combatir al gobierno usurpador de Victoriano Huerta. A finales de marzo ya eran 410 hombres en armas; y por fin este pequeño ejército se topó con una partida de colorados.